sábado, 13 de agosto de 2011

Entre las capuchas de Latinoamérica a las de Irak.

“Con este puñal[1]
el del dolor
de los miedos
de los ¡hasta cuándo!

atravesaré mi corazón
hasta el fondo
hasta el lugar en donde
las pesadillas viajan…”

A treinta años del Golpe de Estado, con el fin de considerar una posible indemnización moral o simbólica, el gobierno chileno hizo un llamado a todas las personas que fueron torturadas o privadas de libertad en los años de la dictadura pinochetista, para que presenten sus testimonios. Debido a lo anterior, pero especialmente para dejar constancia en la historia chilena de los hechos que ocurrieron en ese período de la vida nacional, desde hace tres meses cuatro mujeres chilenas nos hemos comenzado a reunir cada semana para apoyarnos en abrir heridas y hacer este proceso menos doloroso, para ayudarnos a volver a abrir las puertas de prisiones, centros de torturas, por donde una vez más asoman sufrimientos, violaciones, golpes y oscuridad. Dolorosas oscuridades que se escondían tras las capuchas que nos ponían en nuestros rostros y en nuestra alma.

Sin embargo, estos días nuevamente hemos sido obligadas a mirar a través de sacos puestos sobre el rostro, y de manos atadas, pero esta vez hemos tenido que ver por los ojos de esos hombres desnudos de Iraky hemos comenzado con ellos a hablar y a llorar nuevamente. Conversamos de nuestras humillaciones y reconocemos la misma mano ejecutora: militares amparados por el gobierno de los Estado Unidos. ¿Qué cambia ahora?, nada más que el hecho que esta vez hubo un desliz, debido a cuestiones culturales tomadas en cuenta para hacer más atroz el sufrimiento, detallistas como son los militares en estas prácticas, investigan que los musulmanes no se desnudan frente a nadie, por lo que los obligaron a posar para tomarles fotos, para demostrarles que no solo ellos observarían su desnudez, sino que otras personas también: el orgullo una vez más violado y el poder nuevamente oliendo a semen y sexo. Lo que no cuidaron los militares fue que las fotos aparecerían por la televisión y seríamos millones quienes miraríamos las vejaciones.

Pero nada ha cambiado entre lo que hicieron y hacen ahora, tanto es así que esos encapuchados bien pudieron ser personas de Chile, Argentina, Brasil, el Salvador, Guatemala[2], etc. La misma práctica: violaciones de detenidos y detenidas; inserción de objetos en sus rectos y en las vaginas a las mujeres; electricidad por todo el cuerpo, incluso en sus órganos sexuales; cigarrillos quemados sobre la piel; uso de animales para morder y desgarrar el cuerpo, entre otras que la imaginación queda corta.

Dos ratas hambrientas
pusieron sobre mis pechos,
dos rata hambrientas,
con dos ratas me torturaron

fueron sólo dos,
dos durante horas…”

Así, hoy que han sido descubiertos, montan todo un aparato propagandístico en donde, al fin se escuchan gritos de espanto en la Casa Blanca, en el Senado, el Pentágono y en el ejército, cuando ya sabemos que esta es una práctica que sistemáticamente han aplicado a través de la historia. Así también me lo explicaba ese marino llamado David, que todas las semanas sin falta era enviado a mi casa, —en plena dictadura de Pinochet después que fui dejada en  libertad del centro de tortura de la Academia de Guerra de Valparaíso—, para narrarme las prácticas de vejación que continuaban haciendo en ese recinto, con el único fin de intimidar a esa jovencita que era yo en ese entonces. Tan acostumbrado estaba de tener que hacer ese trabajo, que ya con confianza me hacía ver: “esto lo hacemos para cambiarte tu manera de pensar”. “Ahí adentro [en el ejército] nos dicen que nunca más ustedes van a ser las mismas una vez que las hemos tratado [léase torturado]”. Y más de una vez me relató como le enviaban a Uruguay para continuar con su aprendizaje, en donde soldados norteamericanos los preparaban en tan degradante oficio.

“…Hoy escarbaré con este puñal
hierro                      dureza
muerte                     tortura
cuerpo desnudo    manos
semen                       pestilencias…
toda la soledad acumulada
todo el silencio…”

Lo que también miro y pienso cuando me sumerjo nuevamente en las capuchas de esos hombres iraquíes, es que ellos, a diferencia de nosotras, podrán tener derecho a una disculpa, a una pantomima de juicio en donde unos pocos oficiales y soldados serán acusados por lo que el ejército norteamericano ha venido practicando y enseñando por años. Pero lo que difícilmente le podrán devolver a ninguno de ellos será el olvido; el miedo en la oscuridad; el amor sin que medie el dolor; el placer y la sexualidad sin que alguna vez surjan entre los fantasmas de las sábanas cables eléctricos y palos en sus partes privadas; la alegría sin que alguna vez esta sea nublada por la agresión y la ira. Porque a mi, aún a más de veinte años de estos hechos y entre alegrías perdidas y recuperadas, entre rabias y llantos, entre esperanzas y fe en la vida, aún lucho porque el paralizante miedo al dolor me abandone aunque sea una vez en la vida.


[1] Los poemas son de la autora
[2] Más información en: Chile, “Informe Rettig”; Argentina, “Informe Nunca Más”, en Brasil, “Informe Nunca Mais”; El Salvador, “De la Locura a la Esperanza”; Guatemala, “Memoria del Silencio”y el “Informe Guatemala Nunca Más”.

jueves, 21 de julio de 2011

Las Historias cabécares en títeres.

El grupo Cía. La Bicicleta ha montado en títeres las Historias Cabécares y han viajado con ellas por todo el país y hasta el extranjero, alegrando a la niñez con sus representaciones.


"Soy Busúbulu, cuido los animales que se cazan… Me parece que este cazador no ha comprendido que los animales son sus hermanos. 


Si la naturaleza desaparece ustedes desaparecerán todos con ella" 




domingo, 19 de junio de 2011

Historias Cabécares No 2

En dos libros de cuento hemos recogido historias milenarias de nuestros antepasados. Para este número, fuimos a al selva y atrapamos en sus profundidades –ahí dónde el cielo toca las altas y tupidas montañas- a los traviesos huracanes-niños y a la hospitalaria señora Dulúitami, para divertirnos y aprender un poco sobre nuestras historias tradicionales.


Autores: Valeria Varas y Severiano Fernández



Historia Cabécares No 1

Así como a todas y todos nos pertenecen los secretos de la selva, el susurro del agua, la alegría de los pájaros, el olor de las flores, también nos pertenecen el murmullo de voces milenarias que surgen en ella.

Por esta razón hemos recogido de las personas sabias que viven en nuestros bosques, historias que han contado a sus hijos e hijas de generación en generación y las hemos escrito para que el viento y el tiempo no las borren y para que niños y niñas las puedan leer.


Autores: Severiano Fernández y Valeria Varas 





sábado, 21 de mayo de 2011

Memoria en Mi










El poder

Cierra puertas y ventanas
         compra aerosoles
                   instala aires acondicionados
sin oler la inmundicia de sus actos
       Excremento esparcido
       en un país sin memoria
                     ni olfato.




Para comprar el libro por internet:
http://www.editlegado.com/varas-valeria-memoria-p-3110.html







Indicadores del dolor


Yo estudio
tu estudias
el estupia
nosotros estupidiamos
vosotros estupidiais
ellos estúpidos
estudian mecánicamente la pobreza
         los índices económicos
               la balanza de pago
                      o la deuda eterna

Bajando variables e indicadores
de extensos y costosos gráficos
elaborados por importantes expertos

Pero ningún mendrugo de pan entiende
a miles de niños

que se mueren de violencia en Zaire
            de abandono en Brasil
                    de intransigencia en Irak

Por falta de algo
tan cursi como el amor.




¿Por dónde caminan Federico?

Aún en mis oídos tus nanas
          zorongos y sevillanas

           Teatro y canto junto a gitanos
           me llevan como mozuela
                   a tu río
          
          Al final de la tarde
          cuando cierro libros y canciones
          siempre me preguntas

¿Por dónde caminan los asesinos?
Y yo te regalo mis versos.

domingo, 15 de mayo de 2011

Poema 10




Aprovecho
de escribir este poema de amor
para decirles que todos los sueños
tienen un propósito
y el de mi existencia
es el más tenue y perceptible.

Aprovecho
arrastrar la pluma
suavemente por la hoja,
como queriendo acariciarlos
a través de cada A, de cada O
que escribo.

Aprovecho hoy,
que me he puesto a pensar,
qué habría pasado
si aquel torturador sanguinario,
hubiese apretado más duro
sobre mi rostro
y mi asfixia hubiese sido total.

No habría podido decirles
que los amo
con la voz suave
de mi pluma.

Poema II


Hace frío.


Afuera la policía y los perros allanan las casas
y se llevan a los amigos,
estoy sola y tengo miedo,
encenderé el radio
y con la lengua del locutor tejeré un chal suave
alrededor de mis senos asustados
y arropada junto a la cama
esperaré a que llegue el día.







A veces olvido
los pasos que vienen tras de mi,
el ruido de agua clara
que vierte su espuma en el camino,
el murmullo de aves
que ensombrecen el cielo
y ese olor a bestia
que rasga mis espaldas.

A veces me han hecho olvidar
que todo eso soy
fuente, pájaro, jaguar,
gato, liebre, delfín,
río, corriente, peñasco,

una punta de lanza atisbando el horizonte,
indomable guerrera
puesta en este siglo del olvido,
hembra que resiste
la muerte de su especie,
un arcoiris sobre la tierra,
un ruido de temblores buscando su acomodo,
un remolino de vida,
un pueblo, un territorio, una patria,
            una mujer de esperanza.